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Evolución de las especies por cooperación natural
resumen
La vida evoluciona, pero el mecanismo de este proceso -aceptada por la biología
moderna- es la selección natural: Darwin (1983) permite la supervivencia de
los más aptos en la lucha por la vida; concepción basada en luchas antagónicas
y violentas que premian a los más aptos; inspiración colonialista propia de la
Inglaterra victoriana. Sin embargo, un ser vivo o una especie no pueden ser
concebidos con entes aislados luchando por sobrevivir; sino en relación con los
demás seres y el medio; es una visión holística de la existencia, donde el proceso
evolutivo responde a mutuas relaciones de interdependencia y cooperación sin
que esto niegue la existencia del conicto en el proceso evolutivo. Concibo
a la cooperación natural como el mecanismo natural fundador y constante
de la evolución, el camino que lleva a la novedad evolutiva; sin embargo,
esta cooperación, como manifestación de la paz natural, no es perfecta, es
inacabada y en proceso, dinámica en el tiempo y el espacio. La cooperación
natural imperfecta son aquellas realidades colaborativas e interrelaciones que
permiten a los seres orgánicos obtener los resultados más favorables y viables
para sortear los conictos que dicultan la evolución como novedad biológica.
Palabras clave: Evolución, paz imperfecta, cooperación natural, conicto,
giro epistemológico
absTracT
It is a fact that life evolves, but the mechanism - currently accepted - of this
process is called natural selection (Darwin, 1859), which would allow the
survival of the ttests in the ght for life; conception based on antagonistic
and violent struggles, which reward the ttests; colonialist vision, typical of
Victorian England. A living being or a species cannot be conceived as an
isolated entity that struggles to survive; if not in relation to other beings and the
environment; it is a holistic vision of existence, where the evolutionary process
responds to mutual relationships of interdependence and cooperation, without
denying the existence of the conict within the evolutionary process. Using the
deconstructive-reconstructive philosophical methodology, I conceive of natural
cooperation as the founding and constant natural mechanism of the evolution
of life; the path that leads to evolutionary novelty. is cooperation, as a
manifestation of natural peace, is not perfect; it is unnished given its dynamic
character in time and space, it is a perfectible cooperation that coexists with
many conicts. Imperfect natural cooperation are those collaborative realities
and interrelationships that allow organic beings to obtain more favorable
results to avoid the conicts that hinder evolution; a response and natural
strategy in the complexity of life. e life of the predator depends on its victim,
but as disastrous as it may seem, the victim population persists; maintaining -
despite this imperfection - the balance in nature.
Key words: evolution, imperfect peace, natural cooperation, conict,
epistemological
E V-Z
1 Universitat Jaume I-Castellón
de la Plana - España
evalquizuta@gmail.com
Evolution of species by natural cooperation
Recibido: abril 03 de 2020 | Revisado: setiembre 09 de 2020 | Aceptado: diciembre 20 de 2020
https://doi.org/10.24265/campus.2021.v26n31.05
| C | V. XX IV | N. 28 | PP. - | - |  || C | V. XX IV | N. 28 | PP. - | - |  |
© Los autores. Este artículo es publicado por la Revista Campus de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad
de San Martín de Porres. Este artículo se distribuye en los términos de la Licencia Creative Commons Atribución No-comercial
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Introducción
Desde hace 15 décadas la teoría
del origen de las especies concebida
por Charles Darwin ha merecido un
creciente interés, no solo desde sus
inicios sino a lo largo de todo el tiempo
transcurrido. Darwin en El origen de las
especies rebate de una vez por todas las
ideas predominantes de su época, según
las cuales las especies vivas descendían en
línea recta y sin variación de una pareja
progenitora original.
Ante esto Darwin propone la
hipótesis de la variabilidad las cuales
eran seleccionadas naturalmente. Las
variaciones eran producidas por las
adaptaciones del organismo a su medio;
por tanto, la adaptación del ser vivo a
las condiciones cambiantes del medio
era la manera como la selección natural
introducía variaciones, las cuales por
muy mínimas que fueran permitía la
supervivencia del más favorecido o apto.
Pero si la selección natural permitía la
supervivencia de los más aptos desde la
perspectiva de la adaptabilidad, entonces
cabe la idea de un principio: la lucha por
la vida, como lo entendió Darwin (1983);
sin embargo, no es una lucha desleal,
sino que el éxito de los llamados aptos
es el resultado de un complejo proceso
de interrelaciones entre los miembros de
la especie, entre estos y las otras especies
con las cuales convive y con el medio
circundante. En la base de estos procesos
de interrelaciones se encuentran procesos
de cooperación, sin los cuales el proceso
evolutivo simplemente no podría haber
funcionado.
Es en el marco de la teoría de Darwin
y los postulados de cooperación desde
la Filosofía para la paz de la Cátedra
UNESCO de la Universitat Jaume I,
Castellón de La Plana-España, que inspira
el presente trabajo de investigación, cuyo
propósito principal es analizar y valorar
la relación que existe entre el origen y
éxito de las especies que pueblan nuestro
planeta con la cooperación considerada
como natural; de esta manera, la selección
natural que constituye el mecanismo
darwiniano principal para la evolución
de las especies no sería la visón correcta;
por el contrario, el mecanismo evolutivo
tendría un ingrediente fuertemente
cooperativo y pacíco, contrariamente
a las concepciones tradicionales basadas
en luchas antagónicas y violentas, que
premian a los más aptos en el contexto
del paradigma de la competencia.
De esta manera, el presente trabajo
guarda relación con el paradigma
emergente de sentirnos parte de la
Tierra, de volver la mirada hacia nuestros
orígenes, de rmar la paz con la Tierra,
contrariamente al tradicional paradigma
de entender el mundo y la naturaleza
como un gran almacén del cual podemos
coger lo que queramos sin preocuparnos
por nada más que el egoísta apetito
personal.
Método
Partiendo que la conictividad es
una característica inherente a los seres
humanos y al medio que nos rodea,
y que muchos de estos conictos los
viabilizamos o transformamos por
medios violentos; pretendo deconstruir,
de la mano con los aportes de los estudios
de Filosofía para la paz y una cultura para
la paz, los fundamentos de éxito que
tienen las especies más fuertes y capaces
en el curso de la evolución planteada por
Charles Darwin, de tal modo que no se
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justica la eliminación de las especies más
débiles o menos favorecidas del escenario
histórico.
De esta manera, desde la
interdisciplinariedad y la perspectiva
holística, busco deconstruir la
interpretación violentológica enquistada
directa o indirectamente en la teoría
darwinista de la evolución de las
especies y ofrecer una visión fundada
en la convivencia y cooperación entre
las especies y entre éstas con el medio
ambiente en el camino evolutivo de las
mismas. Los conictos –no pocos por
cierto– presentes en el proceso evolutivo,
no constituyen un mal terrible que
devienen en violencia, sino se transmutan
en oportunidades cooperativas que
impulsaron la evolución y lo continúan
haciendo en la historia de la vida en
nuestro planeta. Consecuentemente
trataré de interpretar la evolución de
la vida en nuestro planeta, basado en
presupuestos del giro epistemológico, la
concepción positiva del conicto y la paz
imperfecta, interpretar la evolución como
un proceso dirigido por cooperación
natural.
En consonancia con el campo
transdisciplinar de la paz, que busca
dar respuestas a la conictividad y
complejidad reconoce las interacciones
entre conictos, violencias, paces,
culturas, disciplinas, saberes, teorías; así
como, sentimientos; considera el carácter
imperfecto de la paz. Utilizo como
herramienta la propuesta de una matriz
unitaria comprensiva e integradora que
incluya a todos los saberes expresados
como teoría sobre el proceso evolutivo
de las especies, así como a los actores
mismos de este proceso: los seres vivos
– como especies que evolucionan – en
interdependencia con el medio o contexto
físico. De este modo, pretendo abordar
la complejidad de las interrelaciones
interdependientes que se maniestan en el
proceso evolutivo, y que en consecuencia
se presenten resultados de comprensión
del hecho evolutivo no solamente
diferentes a las teorías dominantes y
casi dogmáticas, sino más acorde con la
realidad y con una apertura a escuchar
a nuevas propuestas. La matriz unitaria,
propuesta por Muñoz (2001), permitirá
correlacionar al proceso evolutivo con los
múltiples conictos que se suceden en
el mundo vivo y en consecuencia optar
por una respuesta a esta conictividad
natural desde la perspectiva de la paz
imperfecta. En esta perspectiva y para
llevar adelante dicha matriz, me apoyo
en el giro epistemológico, en la teoría del
conicto desde la losofía para la paz y
en la paz imperfecta.
El presente estudio es de tipo
descriptivo-cualitativo, por ello, en base
a un marco teórico-informativo y a las
evidencias recogidas por investigadores
especialistas en el tema, reero e interpreto
conexiones existentes o que se relacionan
en el análisis de la selección natural con la
cooperación de las especies a lo largo del
proceso evolutivo.
Darwin y la selección natural
La evolución de la vida es un hecho
consumado. Hoy es indiscutible el
proceso evolutivo como realidad en
nuestro planeta, que llevó a la vida desde
su existencia ancestral hasta lo que hoy
conocemos en sus más diversas formas;
un estallido maravilloso de variedades
que pueblan los más recónditos lugares,
todo lo cual han devenido en lo que
llamamos: biodiversidad.
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Sin embargo, una cosa es el hecho
evolutivo y otra la teoría que trata de
explicar el cómo se produce la evolución
biológica. Una de estas teorías, la más
extendida, aceptada, defendida y tenida
como hegemónica es la evolución por
selección natural, teoría propuesta hace
161 años por Charles Darwin (1859)
y Alfred R. Wallace. Actualmente, la
selección natural es el concepto central
de la teoría de la evolución biológica.
Evolución y selección natural son dos
conceptos totalmente diferentes, ni
tampoco necesariamente a priori, deben
permanecer juntos.
La evolución es un hecho y proceso
natural continuo, un conjunto de cambios
producidos en sucesivas generaciones que
permiten multiplicar y diversicar la vida
en nuestro planeta. El proceso evolutivo
queda de maniesto por la existencia del
registro fósil, los órganos y funciones
tanto comunes como vestigiales entre
seres de diferentes especies, la similitud
en la etapa embrionaria de especies con
ancestros comunes, la base molecular
tanto de estructuras celulares, tejidos
y órganos como la base molecular
responsable de la herencia con el ADN
y ARN.
La selección natural es una teoría
que trata de explicar cómo se produce
la evolución de los seres vivos, de modo
que como teoría cientíca, la selección
natural está sujeta a observaciones,
críticas y posible refutación. El centro
de la teoría de la selección natural es
la reproducción diferencial de unas
variantes, genéticamente con mayores
aptitudes respecto de otras, solo viven
los más aptos, los más capaces, los más
fuertes, aquellos que pueden destruir a
otros y quedarse con la subsistencia, de
esta manera Darwin y los neodarwinistas
conceden un lugar privilegiado a la lucha
como única condición para existir. Los
débiles no tendrían oportunidad de dejar
descendencia. «He denominado a este
principio, por el cual toda variación ligera,
si es útil, se conserva, con el término de
selección natural”, a n de señalar su
relación con la facultad de selección del
hombre. Pero la expresión, frecuentemente,
empleada por Mr. Herbert Spencer de
«supervivencia de los más aptos» es más
exacta y, a veces, igualmente conveniente»
(Darwin, 1983: 116). El darwinismo
considera tres ejes fundamentales para
que se verique la evolución: variación,
selección natural y adaptación. Para dar
sustento a la selección natural, Darwin
traslada las teorías socioeconómicas (no
por ello se cuestiona) de Adam Smith y
omas Malthus al campo de la biología,
y establece el núcleo de su teoría; la
competencia y la lucha por la existencia
son los principales actores en la evolución
de las especies. Interpretando a Malthus,
considera que la capacidad de reproducción
de las especies supera con creces los recursos
existentes, en consecuencia, se presenta
un estado de competencia continua entre
los individuos de una misma especie y
diferentes especies. Aquellos individuos
que por sus características guardan
mejor sintonía con las características
circundantes del momento, resultan con
mayor ventaja competitiva respecto a
los demás, nalmente estos individuos
mejor dotados, mejor conformados y/o
más adecuados, son los que sobreviven
y se reproducen con mayor frecuencia.
Esta competencia constante y adaptativa,
que funciona a manera de tamiz, es lo
que Darwin denomina selección natural;
no olvidemos que Herbert Spencer en el
ámbito de la sociología, lo denió como la
supervivencia del más adecuado.
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Consecuentemente, la selección
natural es concebida como un proceso
muy lento: «Que la selección natural
obra generalmente con extrema lentitud,
lo admito por completo» (Darwin, 1983:
169), es pertinente a los seres vivos,
favorece su variación, multiplicación y
transmisión de la herencia, teniendo como
resultados intrínsecos de esta dinámica
evolutiva la producción de órganos, la
aparición de estructuras, características
y conductas diseñadas para asegurar
la supervivencia y la reproducción de
las especies, logrando de esta manera
su presencia en el tiempo. La selección
natural puede ser resumida como una
serie de eventos caóticos afortunados,
como procesos ciegos y mecánicos que se
repiten a lo largo de millones de años y
que por casualidad aparecen invenciones
espectaculares que si encajan con las
condiciones ambientales del momento,
el ser tiene éxito y derecho en la escena
de la vida.
Teorías emergentes sobre evolución
La perspectiva de una evolución
violenta alimentada por la lucha,
competencia y odio no encaja en la
naturaleza; esta no es una idea fríamente
reivindicatoria, al contrario; se evidencia
una naturaleza llena de interrelaciones,
donde una especie depende de otra y está
de otras; el mundo inanimado es fuente de
materia y energía su ausencia provocaría
la desaparición de la vida, la cual existe
porque parece que todo se confabula de
tal manera que pueda pulular la vida.
El reduccionismo mecanicista de
la ciencia darwinista donde el azar y la
lucha son los motores evolutivos, queda
rebasada por la complejidad de las
formas de vida, por las interrelaciones
cooperativas; la integración y
autoorganización entre los factores de los
ecosistemas inspiran una nueva forma
de abordar el hecho evolutivo, se hace
necesario una nueva mirada, un nuevo
paradigma está aorando de modo tal
que el paradigma darwinista se encuentra
en el centro de una crisis epistemológica.
« ¿Qué brillantez u originalidad existen
en tomar una idea social y aplicarla a la
naturaleza?
Ciertamente la de concluir la
construcción de la metafísica social liberal,
transformándola en reglas naturalistas»
(Abdalla Guerrieri, 2009: 17). Es
necesario un giro epistemológico, «Solo
recientemente este modelo tradicional
de ciencia está siendo cuestionado,
especialmente por su carácter dominante
y aniquilador de otros saberes bajo
un supuesto velo de neutralidad y
objetividad» (Comins Mingol, 2005:
6); se hace necesario considerar una
ciencia y una teoría de la evolución
que deje de lado el trasnochado eslogan
de neutralidad, objetividad, racional y
empírica. No existe tal visión de ciencia,
de una u otra manera la ciencia que es
tarea de seres humanos, se ve inuenciada
por nuestros sentimientos, la cultura
y la forma de vida de nuestra sociedad,
nada es neutro, somos nosotros quienes
interpretamos a la naturaleza y no al revés,
nosotros cambiamos nuestra mirada
respecto a ella, la naturaleza solamente
está allí existiendo a través del tiempo
independiente de nuestras maneras de
interpretarla.
De esta manera, estamos frente a
un nuevo paradigma que considera al
conicto como una serie de eventos que
no solamente ofrecen oportunidades de
cambio sino nuevas maneras de establecer
nexos entre las partes en conicto, y esto
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es lo que se observa en la naturaleza. Si un
ser vivo tiene dicultades alimenticias o de
otra índole: materiales, hábitat, etc. busca
establecer nexos para proporcionarse
aquello que hace falta, busca estrategias
de cooperación, en vez de competición,
lucha y violencia; imaginemos por un
momento que fuera lo contrario, como
resultado de la competencia y lucha
hace tiempo que las especies se hubieran
aniquilado, porque tal es el rumbo de
la violencia. De otro lado, por donde
vayamos ora en el mundo inanimado, ora
en el animado, se evidencia una red de
conexiones todas cada vez más complejas
tendientes a mantener y proliferar la vida
en nuestro planeta. Muchas son las teorías
que ponen en tela de juicio la selección
natural darwinista; así tenemos:
La teoría endosimbiótica serial de
Lynn Margulis, explica las relaciones
simbióticas en el proceso evolutivo de la
célula procariota a célula eucariota. La
génesis de algunos orgánulos típicos de las
células eucariotas: plastos, mitocondrias,
cilios y agelos, habrían tenido origen en
organismos procariotas anteriormente
de vida individual como bacterias, y
que después de ser englobados por otro
microorganismo habrían establecido
una relación endosimbiótica con éste. Se
postula que las mitocondrias procederían
de proteobacterias alfa, como las rickettsias
por ejemplo, y los plastos provendrían de
cianobacterias: «En primer lugar, un tipo
de bacteria amante del azufre y del calor,
llamada arqueobacteria fermentadora
(o termoacidóla), se fusionó con
una bacteria nadadora. Juntos, los dos
componentes integrados de la sión se
convirtieron en el nucleocitoplasma,
la sustancia base de los ancestros de las
células animales, vegetales y fúngicas»
(Margulis, 2003: 88), así se formaría el
núcleo celular, posteriormente se produjo
una nueva incorporación que dotaría al
primigenio eucarionte, la capacidad para
metabolizar el oxígeno: « […] otro tipo
de microbio de vida libre fue incorporado
a la fusión: una bacteria que respira
oxígeno» (Margulis, 2002: 48). De esta
manera una nueva especie se originaba
mediante un proceso simbiótico.
El español Máximo Sandín propone
una alternativa diferente para explicar la
variabilidad de la especies en función de
la variabilidad del material hereditario:
La integración de sistemas complejos.
Sandín nos coloca en el centro mismo
de los procesos moleculares de la vida,
los genes no serían entidades aisladas
que transmiten un carácter, es decir un
gen un carácter, por el contrario están
inmersos en una red de interacciones,
en una interdependencia tal que sería
imposible entenderlo de manera aislada
y basada en mutaciones al azar, se hacen
necesarias macromutaciones, alteraciones
enormes que explique la variabilidad de
las especies, pero ¿cómo?
La respuesta pasa por considerar al
papel de los virus como transportadores
de información genética, al introducir
secuencias complejas de genes dentro de
las células existentes. «La infección vírica
de un numeroso grupo de organismos
(animales o plantas) haría posible la
aparición simultánea de las nuevas
características, condición indispensable
para su perpetuación (frente a la mutación
de un solo individuo,…)» (Sandín, 1995:
73). Esto explicaría los saltos bruscos
que hacen referencia el registro fósil en
especial el periodo Cámbrico, además,
cómo una especie se transforma o da
origen a otras; como se referencia existe
una interrelación virus-células de especies
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preexistentes, lo cual dista mucho de la
selección natural.
La hipótesis Gaia de James Loovelock
considera que: «la materia viviente de
la Tierra y su aire, océanos y supercie
forman un sistema complejo al que
puede considerarse como un organismo
individual capaz de mantener las
condiciones que hacen posible la vida en
nuestro planeta» (Lovelock, 1985: 4). De
esto se desprende, que Lovelock en modo
alguno considera a la Tierra como un
ser viviente y consciente, como muchos
han querido interpretar a la teoría para
desvirtuarla; al respecto precisa: «[…]
deseo subrayar que ello no va más allá del
grado de personalización que a un navío le
conere su nombre, reconocimiento a n
de cuentas de la identidad que hasta una
serie de piezas de madera y metal puede
ostentar cuando han sido especícamente
diseñadas y ensambladas, del carácter que
trasciende a la simple suma de sus partes»
(Lovelock, 1985: 6).
Queda claro la noción de Gaia como
un todo, una Tierra viviente inmensa en
sus interrelaciones de autorregulación;
de manera que la hipótesis Gaia dista
mucho de considerar a la Tierra como
un único organismo, como un ser de
la esfera teológica, peor aún mítica; es
reconocer que la vida en el planeta tiene
su fundamento en procesos complejos
interrelacionados que inciden además en
el mantenimiento del medio ambiente el
cual a su vez mantiene la vida, y así una
suerte de bucle global.
Evolución por cooperación natural
Un ser vivo o una especie no puede
ser concebida como un ente aislado que
lucha para sobrevivir; sino en relación con
los demás seres y el medio; es una visión
holística de la existencia – en consonancia
con los presupuestos de Fisas (2001) – ,
donde el proceso evolutivo responde a
mutuas relaciones de interdependencia
y cooperación sin que esto niegue
la existencia del conicto en el seno
del proceso evolutivo. Concibo a la
cooperación natural como el mecanismo
natural fundador y constante de la
evolución de la vida; como el camino que
lleva a la novedad evolutiva; sin embargo,
esta cooperación, como manifestación
de la paz natural, no es perfecta, es
inacabada, está en constante proceso
dado su carácter dinámico en el tiempo y
el espacio, es una cooperación perfectible
por la existencia de muchos conictos; de
esta manifestación del hecho evolutivo
se desprende la cooperación imperfecta
cuyo fundamento teórico está inspirado
en la paz imperfecta.
La cooperación natural imperfecta
son aquellas realidades colaborativas,
interrelaciones que permiten a los seres
orgánicos obtener los resultados más
favorables y viables para sortear los
conictos que dicultan la evolución
como novedad biológica; es una respuesta
y estrategia natural en la complejidad de la
vida. Ello explica, por ejemplo la evolución
dinámica e interrelacionada en animales,
como león-gacela, puma-venado, gato-
ratón, vacas-pasto, arañas-moscas; etc.
la vida del depredador depende de su
víctima, pero muy desastroso que parezca
las víctimas como población persisten
en el tiempo; manteniéndose –a pesar
de esta imperfección– el equilibrio en
la naturaleza, ni los depredadores han
perecido de hambre con la consecuente
eliminación de su especie; ni las presas
han desaparecido como especie, con
la muerte de algunos de sus miembros
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colaboran en la preservación de la vida de
sus depredadores, por esto no puede ser
una cooperación perfecta.
En un sentido amplio, la cooperación
natural, se yergue como antítesis de
la selección natural y en consecuencia
descarta a la competición, lucha por
la existencia y a los sucesos aleatorios o
fortuitos como fundamentos evolutivos.
Pero ¿Por qué tiene éxito la selección
natural? Nuestra cultura asocia el
conicto a la violencia, es decir; el
conicto necesariamente debe terminar
en violencia o lucha para que tal conicto
desaparezca; esto es un error; violencia y
conicto son dos conceptos diferentes.
«El conicto es un fenómeno que se
produce de manera natural y no tiene por
qué ser negativo. Posee potencialidades
positivas y cuando surge puede ayudarnos
a fortalecer dimensiones en la relación
que no había aorado anteriormente»
(Pérez Serrano y Pérez de Guzmán,
2011: 21). De esta manera, la ocurrencia
de violencia o lucha están asociados a la
transformación negativa del conicto.
«Estas nociones son evidentes cuando
nos damos cuenta de que la violencia
lleva a una concepción negativa de los
conictos» (París Albert, 2009: 24); esta
forma de tratar el conicto solo lleva a la
degradación de las relaciones, a eliminar
el proceso constructivo inherente al
conicto, se hace necesaria una nueva
visión; una perspectiva positiva del
conicto, mediante la cual si aceptamos
que el «conicto es indispensable para el
crecimiento humano, hemos de concretar
una visión creativa del conicto que
concuerda con la comprensión de la paz»
(Lederach, 2000: 59).
En el ámbito evolutivo, la concepción
negativa del conicto, llevaría
necesariamente a minar no solamente
la convivencia entre seres vivos, sino a
poner en peligro su misma existencia.
Esta perspectiva del conicto, que no fue
ajena a Darwin en la época victoriana,
tampoco para sus seguidores, se presenta
porque «vivimos en una cultura que
ensalza la competitividad y la violencia»
(Pérez Serrano y Pérez de Guzmán, 2011:
21). Contrariamente a esto, el conicto
en la naturaleza se torna en formas de
interacción, donde si bien es cierto, hay
ruptura de relaciones, sin embargo la
naturaleza busca salvar creativamente
tales dicultades para dar continuidad
a la vida, no olvidemos que la vida en
nuestro planeta y el entorno tienen la
tendencia hacia el equilibrio. Además, no
es posible precisar la unidad de evolución
o unidad de selección como lo denota el
darwinismo.
Al respecto, y desde el darwinismo,
unos proponen que es el gen, otros
la célula, para algunos el individuo,
otros la población, conforme a Maeda-
Martínez, 2002; en tanto que también
existe quienes consideran a la especie
como la unidad evolutiva. Considero,
que ninguna de las unidades evolutivas
propuestas se constituye en niveles base
sobre los cuales se asienta el proceso
evolutivo. Los genes solos no trascienden
a menos que se encuentren dentro de la
célula donde establecen interrelaciones
para manifestar su acervo génico; las
células para poder trascender necesitan
indefectiblemente de materiales y energía
de su entorno sin lo cual jamás podrían
tener un atisbo de vida, las células solas no
evolucionan, en cuanto a los individuos
multicelulares como reunión de muchas
células, un cambio en uno de ellos no
repercutirá signicativamente en la
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generación de una especie, además ¿cómo
se explica la evolución del altruismo o la
misma cooperación en este nivel o el de
los grupos?, ningún individuo sobrevive
solo y esto se aplica a los grupos y
también a las especies las cuales necesitan
de los individuos que lo conforman y
del medio circundante; absolutamente
todo está interrelacionado, es el todo el
que evoluciona, es la complejidad de esas
interrelaciones la que trae la novedad
evolutiva.
No existen genes egoístas, no hay
lugar para la separación en ninguno
de los niveles: atómico-moleculares,
genes, células, tejidos, órganos,
sistemas, individuos, poblaciones,
especies, ecosistemas; absolutamente
todo se encuentra interrelacionado, en
interdependencia mutua, en cooperación,
la cual es una realidad natural, aunque
imperfecta. La hipótesis Gaia nos
recuerda esta interrelación a escala global
donde los seres vivos se deben al medio
ambiente, a los factores físicos; pero
éstos también se deben a la vida; nuestro
planeta y la vida sobre él, se debe a la
cooperación.
Las ciencias biológicas tienen una
clara perspectiva violentológica en la
interpretación de la evolución de la vida,
la cual «no está exenta de una cierta
disonancia cognoscitiva a veces cercana
a la esquizofrenia. Puesto que se desea,
se busca, se valora más la paz, pero sin
embargo se piensa en claves de violencia»
(Muñoz, 2001: 22). La perspectiva de
una evolución violenta alimentada por la
lucha, competencia y odio, cambia; pero
no cambia porque se enarbolan ideas
fríamente reivindicatorias, sino porque la
realidad nos dice lo contrario; se evidencia
una naturaleza llena de interrelaciones,
donde una especie depende de otra y está
de otras; el mundo inanimado es fuente de
materia y energía su ausencia provocaría
la desaparición de la vida, la cual existe
porque parece que todo se confabula de
tal manera que pueda pulular la vida. El
reduccionismo mecanicista de la ciencia
darwinista donde el azar y la lucha son
los motores evolutivos, queda rebasado
por la complejidad de las formas de vida,
por las interrelaciones cooperativas, la
integración y auto organización entre
los factores de los ecosistemas inspiran
una nueva forma de abordar el hecho
evolutivo, se hace necesario una nueva
mirada, un nuevo paradigma está
aorando de modo tal que el paradigma
darwinista se encuentra en el centro de
una crisis epistemológica.
Es necesario un giro epistemológico,
giro que considere una ciencia y una teoría
que explique el proceso de evolución,
que deje de lado el trasnochado eslogan
de neutralidad, objetividad, racional y
empírica. No es real tal visión de ciencia,
de una u otra manera la ciencia que es
tarea de seres humanos, se ve inuenciada
por nuestros sentimientos, la cultura y la
forma de vida de nuestra sociedad, nada
es neutro. «El intelecto, del que los seres
humanos nos sentimos tan orgullosos,
solo tantea el dorso de las cosas, no su
verdad. Se nos ha hecho creer que la
verdad era la referencia adecuada a las
cosas» (Martínez Guzmán, 2000: 60);
somos nosotros quienes interpretamos
a la naturaleza y no al revés, nosotros
cambiamos nuestra mirada respecto a ella,
la naturaleza solamente está allí existiendo
a través del tiempo independiente de
nuestras maneras de interpretarla.
De esta manera, estamos frente a
un nuevo paradigma que considera al
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conicto como una serie de eventos que
no solamente ofrecen oportunidades de
cambio sino nuevas maneras de establecer
nexos entre las partes en conicto, y esto
es lo que se observa en la naturaleza. Si un
ser vivo tiene dicultades alimenticias o de
otra índole: materiales, hábitat, etc. busca
establecer nexos para proporcionarse
aquello que hace falta, busca estrategias
de cooperación, en vez de competición,
lucha y violencia; imaginemos por un
momento que fuera lo contrario, como
resultado de la competencia y lucha
hace tiempo que las especies se hubieran
aniquilado, porque tal es el rumbo de
la violencia. De otro lado, por donde
vayamos ora en el mundo inanimado, ora
en el animado, se evidencia una red de
conexiones todas cada vez más complejas
tendientes a mantener y proliferar la vida
en nuestro planeta.
La evolución es el camino que la
naturaleza inventó para que la vida
transcurriera en múltiples y variadas
formas y manifestaciones, más la forma de
caminar en este proceso es la cooperación
natural, una de las aristas de la paz.
Resultados
Estamos frente a un nuevo paradigma
que considera al conicto como una serie
de eventos que no solamente ofrecen
oportunidades de cambio sino nuevas
maneras de establecer nexos entre las
partes en conicto, y esto es lo que se
observa en la naturaleza.
Si un ser vivo tiene dicultades
alimenticias o de otra índole, como:
materiales, hábitat, pareja reproductiva,
etc. busca establecer nexos para
proporcionarse aquello que hace falta,
busca estrategias de cooperación, en vez de
competición, lucha y violencia. Los seres
vivos se encuentran interrelacionados
entre ellos y con todos los elementos
de nuestro planeta, con el objetivo de
la continuidad de la vida. La evolución
es el camino que la naturaleza inventó
para que la vida transcurriera; más su
mecanismo o el ¿cómo? se desarrolla el
hecho evolutivo dista de ser el resultado
selectivo de los más aptos o fuertes; por
el contrario, se evidencian interrelaciones
y mutua dependencia. La visión de un
mundo interrelacionado es más realista
que un mundo en constante lucha y
competencia.
Conclusiones
Las especies evolucionan entablando
relaciones de mutua interdependencia
con los demás seres vivos y con el medio
que los rodea; tales interdependencias
son de carácter colaborativo, luego, el
mecanismo evolutivo es la cooperación
natural, una manifestación natural de
la paz. Para comprender la evolución
de las especies se hace necesario un giro
epistemológico, superar el tradicional
paradigma de la competición darwinista
por un nuevo paradigma: el paradigma de
la cooperación. Tal cooperación, debido
a la existencia natural de conictos, se
torna en cooperación imperfecta como
manifestación de la paz imperfecta. La
selección natural darwinista no juega un
papel relevante en la evolución, el papel
selector se reduciría a elegir aquello que
ya existe, la criba de la selección operaría
después que se establecieron las relaciones
cooperativas que permiten la vida y la
evolución.
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